Cubierta la acompañante

Nina Berbérova

LA ACOMPAÑANTE

Traducción: Marta Rebón

Ilustración: Elisa Arguilé

Prólogo/Epílogo: Marta Rebón

En 1922, Nina Berbérova abandonó Rusia e inició un exilio que la llevaría a varios países europeos (Alemania, Checoslovaquia, Italia, Francia) y a Estados Unidos, donde falleció en 1993. Poeta, novelista, ensayista, periodista, biógrafa, gran parte de su obra gira en torno a la vida de los exiliados rusos en Europa. Una buena muestra de su maestría literaria es La acompañante, novela corta que se publicó en 1935 y cuya traducción al francés, que apareció cinco décadas después, cuando la autora contaba ochenta y cuatro años, supuso su reconocimiento internacional.
Ambientada en San Petersburgo, Moscú y París, entre otras ciudades, La acompañante explora la ambivalente relación que se establece entre Sonia, la hija ilegítima y poco agraciada de una humilde profesora de música, y María Trávina, una diva rebosante de talento y belleza. En el San Petersburgo de 1919, asolado por el hambre y la miseria, la joven y tímida Sonia se convierte en la acompañante al piano de la ambiciosa soprano, a quien seguirá hasta París en el camino de esta última hacia el estrellato, que nada ni nadie parece capaz de detener. Torturada por la admiración y la envidia, Sonia buscará la manera de «hacer justicia» por la desigual suerte que a una y a otra les ha tocado, movida por la obsesión de encontrar el punto débil de la aparentemente perfecta Trávina.

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Sobre el autor

Nina Berbérova nació el 8 de agosto de 1901 en San Petersburgo, en el seno de una familia burguesa. Debido a la tensa situación que se vivía en su país natal a consecuencia de la Revolución de 1917, en 1922 abandonó Rusia en compañía de su compañero en aquel momento, el poeta Vladislav Jodasévich, con quien se instaló en Berlín. En 1925 se establecieron en París, ciudad que se había convertido en el hogar de muchos exiliados rusos. En Francia vivió hasta 1950, año en el que decidió marcharse a los Estados Unidos. Durante sus primeros ocho años en este país se dedicó a los más diversos trabajos. En 1958 empezó a dar clases en la Universidad de Yale, y en 1963 se trasladó a la de Princeton, en la que permaneció hasta 1971. A pesar de que escribió prácticamente durante toda su vida, el reconocimiento no le llegó hasta 1985, cuando sus obras se empezaron a traducir a diversas lenguas —a diferencia de otros escritores empujados al exilio por la Revolución rusa, como Vladimir Nabokov o Irène Némirovsky, escribió toda su obra en ruso—. Cultivó diversos géneros literarios (poesía, novela, novela corta, cuento, teatro, biografía, ensayo, memorias, crítica literaria, artículo periodístico), y entre sus obras, además de La acompañante, cabe destacar Crónicas de Billancourt, El libro de la felicidad, El cabo de las tormentas o su autobiografía, El subrayado es mío. Falleció en Filadelfia el 27 de septiembre de 1993.